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Un ciudadano era tan canalla que le gustaba hacer lo que detestaba que le hicieran.
Desde que apareciste con tu vestido de primavera, mi alma dejo de ser invierno.
A la vida no debemos rozarla ni con el brillo de nuestra mirada.
Me parece ridículo que por un gesto mío interrumpas un sueño.
El pasado, el presente y el futuro son como un sueño, no encuentro algo que no sea como un sueño.
Entre hermanos crecen abismos.
A veces yo soy acariciado por manos imposibles.
Pienso en ti como quien piensa en un gran vacío.
Cuando abro los brazos temo correr la suerte de Jesús.
En la profundidad de mi alma corre un río de secretos.
A veces también yo soy un hombre inmóvil.
Me identifico más con todas las cosas que se mueven.
Aunque también he comprobado que la quietud domina al movimiento.
Cuando es a medias la vida es fea.
Un buen político pone el ejemplo: no se estaciona en un lugar prohibido.
Permanecer siempre elevado hace tanto daño como permanecer todo el tiempo frente a la luz.
Aunque es el mismo, el mar es diferente en todas partes.
Yo simplemente escribo por necesidad, me aviento y punto.
Estoy tan bien que hasta hablo del dolor y la tristeza con mucho gusto.
Tengo una habitación propia, pero lo daría todo por un instante en el cuartito polvoriento de los nervios. Te acuerdas?
Ya, ya puede pasar la muerte por mis ojos.
El mal es inerradicable de una persona porque su raíz está anclada del alma.
Conozco las debilidades humanas sólo a través de las mías.
La tendencia del alma es el dolor. La tendencia de la carne es el placer.
La libertad es la posibilidad de hacer tanto el bien como el mal.
Mientras haya poesía en tu vida; tus impresiones, tus sueños y metas son posibles.
El que se desnuda, se aguanta.
Casi no me sobran momentos de ocio.
Cuando no estoy haciendo algo, estoy cansado.
Se cree semental, pero es bien sentimental.
Hay que probar de todo sin engolosinarse.
Han pasado veinte años. Crees que si me hubieras visto caminando me reconocerías?
A veces saludo gente de la que no me acuerdo...