jueves, febrero 24, 2005

Voces Amigas / Progreso y estrés / Elvia Sánchez

PROGRESO Y ESTRÉS


Hace algunos años la sociedad de San José Iturbide era más tranquila, se podía ver a las personas conversar después de sus labores, los hombres se dedicaban al trabajo del campo, las mujeres a los quehaceres domésticos y al cuidado de los hijos. No existía, como ahora, la preocupación por el tiempo. Hoy en día se vive de prisa, sujeto a un horario de trabajo, con un sueldo que no alcanza. La mujer se ve obligada a conseguir trabajo fuera de casa llevando en la mente las preocupaciones de su hogar y sin tiempo para conversar y convivir como antes; mientras tanto el hombre estresado porque su salario no alcanza para mantener la familia y no puede ser proveedor único, como antes lo eran los hombres. Así viven la mayoría de las familias de hoy.

No hace mucho, salir a dar la vuelta al centro era encontrarse con personas conocidas con las cuales se podía conversar. Ahora, y debido a la instalación de la zona industrial, esta ciudad se pobló con gente de todos lados. Se ven muchas caras desconocidas. La convivencia se ha convertido en una competencia de comercios, ofreciendo toda clase de artículos y dejando en la mente la sensación de que todo lo que ofrecen es necesario y por consiguiente hay que trabajar más para adquirirlo.

¿ Dónde quedó la convivencia y la tranquilidad ? Sin darnos cuenta el pueblo de San José se fue convirtiendo poco a poco en una ciudad industrial, con las consecuencias naturales de que, ahora, hay que someterse al tráfico, a la falta de estacionamiento, a las prisas, carreras, etc., lo que conlleva al estrés.

La industria trae progreso económico a las ciudades, pero hace que estás modifiquen su estructura interna, sus tradiciones y costumbres. San José no es la excepción, con la instalación de la industria se generan fuentes de empleo y cierta estabilidad económica, pero todo tiene un precio y este parece ser, el cambio tan significativo que ha sufrido la sociedad en sus costumbres y en su sentir.

Lic. Elvia Sánchez Luna

viernes, febrero 18, 2005

Voces amigas / Insólito / Julio Figueroa

Letras de emergencia (inútiles) / 2005 / Julio Figueroa

Insólito

En un pequeño pueblo de Alemania, cuyo nombre debe ser guardado todavía en secreto, sucedió esta historia extraña e inverosímil, a fines de los mil novecientos. Doy fe de ella por sus implicaciones morales. Saque cada uno sus conclusiones.
Tres nazis reconocidos por la comunidad habían llevado a la cámara de gases a cientos de judíos, pero sólo fueron perseguidos por el crimen contra una familia y por la tenaz lucha del único sobreviviente de esa familia, Jeremías. Pasó el tiempo, mucho tiempo, y un día la justicia al fin alcanzó a los tres criminales fugitivos. Fueron llevados a juicio y encontrados culpables. El juez, buen lector de Salomón, dictó esta insólita sentencia:
--Pido al señor Jeremías, único sobreviviente de su familia víctima de los tres acusados, que sea él quien dicte la sentencia inapelable contra los culpables.
Jeremías, un buen viejo de 77 años, yo lo conocí y lo traté, lentamente dijo estas no menos insólitas palabras:
--Señor juez, gracias; mi amargo deseo es que los tres criminales responsables del exterminio de mi familia, junto con este inocente, yo, cordero de Dios y su fiel servidor, pasemos a la misma cámara de gases donde murieron mis hermanos y mis padres. Este es mi último triste deseo.
Y lo insólito de lo insólito:
Así se hizo.
Verídico e insólito.
Sucedió en la Alemania occidental democrática a fines de los mil novecientos.
Doy fe.
Fuente: testimonio oral de un viejo judío en el Parque México; tengo sus palabras grabadas y su nombre, yo sólo puse el estilo.

(Ciudad de los Pedos Largos, febrero 2005).

lunes, febrero 14, 2005

Voces Amigas / Invocación / Efraín Bartolomé

"Invocación"

Efraín Bartolomé

Lengua de mis abuelos habla por mí
No me dejes mentir
No me permitas nunca ofrecer gato por liebre
sobre los movimientos de mi sangre
sobre las variaciones de mi corazón
En ti confío
En tu sabiduría pulida por el tiempo
como el oro en pepita bajo el agua paciente del claro río
Permíteme durar para creer:
permíteme encender unas palabras para caminar de noche.
No me dejes hablar de lo que no he mirado
de lo que no he tocado con los ojos del alma
de lo que no he vivido
de lo que no he palpado
de lo que no he mordido
No permitas que salga por mi boca o mis dedos una música falsa
una música que no haya venido por el aire hasta tocar mi oreja
una música que antes no haya tañido
el arpa ciega de mi corazón
No me dejes zumbar en el vacío
como los abejorros ante el vidrio nocturno
No me dejes callar cuando sienta el peligro
o cuando encuentre oro
Nunca un verso permíteme insistir
que no haya despepitado
la almeja oscura de mi corazón
Habla por mi lengua de mis abuelos
Madre y mujer
No me dejes faltarte
No me dejes mentir
No me dejes caer
No me dejes
No.

sábado, febrero 12, 2005

Voz Propia / La Casa de mi abuelo / Hernando Lozada

LA CASA DE MI ABUELO

Hernando Lozada

El agua fluye siempre hacia abajo.
Solo el chorro del caracol trota distinto.
La flor sorprendida
es acariciada por mi mano y respetada,
cómo no iba a sorprenderse
si la costumbre es arrancarla.
El árbol me da su sombra inmejorable,
por eso, merece lo mejor de mí:
cuidado, amor y respeto.
Estoy en el lomo del bordo
mi corazón tiene encendido
el motor de la felicidad
el viento se lleva todas las huellas.
Yo soy diferente, simple y sencillo
pero soy parte de un mundo complicado.
Levanto la frente, veo la luna brillar para mí
dibuja mi sombra en mi tierra natal.
Soy muy grande si miro hacia abajo
y muy grande si miro arriba.
El viento es favorable
para ir en bicicleta
por la sinuosa vereda.
El viaje es largo,
palpitan las estrellas.
Voy por el suelo,
-pero mi alter ego-
es un poderoso pájaro en el cielo.
Oro en la capilla,
enseguida duermo: bendito.
El silencio es tan limpio
que no me atrevo a respirar
para no despertar la ira de mi abuelo.

Ya es otro día, el espejo me devuelve
fortalecido y nuevo.
Brillan en el jardín las flores
los cisnes vuelan al ras del suelo,
los caballos relinchan, tañen las campanas,
corren los niños, ladran los perros,
la silla cansada de esperar
se ha petrificado y se ha vuelto polvo.
Y pensar que estoy aquí
como una estrella fugaz.
Valiente angustia estarse yendo.
Siempre.

Voces amigas / 10 poetas / Julio Figueroa

En los poros de la sociedad III / Julio Figueroa

99 / Diez poetas

Los diez mejores poetas mexicanos vivos, según los resultados de la encuesta practicada por Letras Libres, en su número 74 de febrero de 2005:

José Emilio Pacheco, Eduardo Lizalde, Alí Chumacero, Gabriel Zaid, Rubén Bonifaz Nuño, David Huerta, Ramón Xirau, Francisco Hernández, Homero Aridjis y Coral Bracho.

Dos observaciones personales. Entre los primeros cinco poetas, metería otro nombre: Efraín Bartolomé, un poeta alto, terrestre y subterráneo; un verdadero poeta por todos lados. Y en la segunda quinteta, otro nombre: Vicente Quirarte, con dos pies bien plantados, uno en la calle y otro en la academia.

--De mí no quedará sino esta humana voz: / luz palpable / luz sin tiempo. (Efraín Bartolomé).

--Versos que me han defendido más que el traje... / su tinta perderán, no su coraje... (Vicente Quirarte).

viernes, febrero 11, 2005

publiguia / precios vigentes 2005

1 de Febrero del 2005

Impresos Campa ha emprendido una nueva aventura para fortalecer la Promoción de bienes, productos y servicios en nuestra región a través de nuestra revista de distribución gratuita “Publiguía, Revista de Promoción Comercial y de Descuentos que a todos nos conviene”, actualmente editamos 4,000 revistas (más sobrantes). Buscamos canales de distribución efectivos y de mano en mano, para ello realizamos una entrega a nuestros socios en Casa Campa que suman en la actualidad más de 450, el resto se distribuye proporcionalmente con cada anunciante, en Comercios, Instituciones y Empresas del Corredor Comercial e Industrial Querétaro- Santa Rosa Jáuregui- San José Iturbide. Para que su empresa forme parte de este proyecto ponemos a su consideración nuestros costos vigentes durante el mes de febrero.

TARIFA NORMAL VIGENTE A PARTIR DE FEBRERO DEL 2005

N° MEDIDAS UBICACIÓN CARACTERÍSTICAS COSTO 1 MES COSTO 3 MESES COSTO 6 MESES COSTO 12 MESES PAGO
1 * 20 X 15 CM. Centrales Couché, 4x0 2,800.00 2,520.00 2,380.00 2,240.00
2 9 X 15 CM. Centrales Couché, 4x0 1,500.00 1,350.00 1,275.00 1,200.00
3 9 X 7.5 CM. Centrales Couché, 4x0 850.00 765.00 722.50 680.00
4 4.5 X 7.5 CM. Centrales Couché, 4x0 600.00 450.00 425.00 400.00
5 9 X 1.5 CM. Centrales Couché 4x0 300.00 225.00 212.50 200.00
6 20 X CM. Interiores Bond 1x0 800.00 720.00 680.00 640.00
7 9 X 15 CM. Interiores Bond 1x0 500.00 450.00 425.00 400.00
8 9 X 7.5 CM. Interiores Bond 1x0 350.00 315.00 297.50 280.00
9 4.5 X 7.5 CM. Interiores Bond 1x0 250.00 225.00 212.50 200.00
10 9 X 1.5 CM. Mención Bond 1x0 100.00 90.00 85.00 80.00

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Hernando Lozada Vargas
Director Editor

Voces amigas / El país de uno / Denise Dresser

El país de uno

Alguna vez, el periodista Julio Scherer García le pidió a Ernesto Zedillo que le hablara de su amor por México. Le sugirió que hablara del arte, de la geografía, de la historia del país. De sus montañas y sus valles y sus volcanes y sus héroes y sus tardes soleadas. El ex Presidente no supo qué contestar. Hoy es probable que muchos mexicanos tampoco sepan cómo hacerlo. Hoy el pesimismo recorre al país e infecta a quienes entran en contacto con él. México vive obsesionado con el fracaso. Con la victimización. Con todo lo que pudo ser pero no fue. Con lo perdido, lo olvidado, lo maltratado. México padece lo que Jorge Domínguez, en un artículo en Foreign Affairs, bautizó como la "fracasomanía": el pesimismo persistente ante una realidad que parece inamovible. La corrupción no puede ser combatida; los políticos no pueden ser propositivos; la sociedad no puede ser movilizada; la población no puede ser educada; los buenos siempre sucumben; los reformadores siempre pierden. La luz al final del túnel sólo ilumina el tren a punto de arrollar a quienes no pueden eludir su paso. El país siempre pierde. Los mexicanos siempre se tiran al vacío desde el Castillo de Chapultepec y no logran salir de allí. Por ello es mejor callar. Es mejor ignorar. Es mejor emigrar.

En México, como diría Elías Canetti, los pesimistas son superfluos y 2004 demuestra por qué. Éste es el año de los videoescándalos y la videoviolencia. De los maletines llenos y las reformas inexistentes. De los priistas robustecidos y los panistas divididos. De las primeras damas que quieren el poder y de las mujeres que abusan de él. Del sabotaje a Andrés Manuel López Obrador y del autosabotaje a sí mismo. De la sucesión adelantada y la política paralizada. De desafueros amenazantes y consortes que también lo son. Éste es el año de marchas que no van a ningún lado y de presidentes que tampoco lo hacen. Vicente Fox se encoge en Los Pinos mientras Marta Sahagún no quiere que la saquen jamás de allí. El Niño Verde negocia un soborno mientras su partido vive de ellos. René Bejarano carga maletines mientras Carlos Ahumada los llena. El embajador ante la OCDE compra colchones y el erario los paga. Dos policías arden en Tláhuac mientras Marcelo Ebrard decide qué no hacer. Roberto Madrazo se apropia del PRI mientras su partido se lo permite. Crónica de catástrofes; crónica de corruptelas; crónica de personajes demasiado pequeños para el país que habitan.

El país de las contradicciones permanentes. El país de las máscaras que ocultan y las caras que sonríen. El país que produce a Marta Sahagún pero también a Marta Lamas. Que produce a Fátima Mena pero también a Fátima Fernández Christlieb. Que produce a Manlio Fabio Beltrones pero también a Rossana Fuentes Beráin. Que produce a José Murat pero también a María Rojo. Que produce a René Bejarano pero también a Julieta Fierro. Que produce a Roberto Madrazo pero también a Ricardo Legorreta. Que produce a Jorge Hank Rhon pero también a Jorge Volpi. Por cada tache hay una paloma. Cien palomas. Miles. Frente a todos los motivos para cerrar los ojos están todos los motivos para abrirlos. Frente a las razones para perder la fe están todas las razones para recuperarla. Los murales de Diego Rivera. Las enchiladas suizas de Sanborn's. Las mariposas en Michoacán. El cine de Alfonso Cuarón. El valor de Sergio Aguayo. Los huevos rancheros y los chilaquiles con pollo. La sonrisa de Carmen Aristegui. La medalla de Ana Gabriela Guevara. El mole negro de Oaxaca. Los libros de Elena Poniatowska. La inteligencia de Lorenzo Meyer. Los tacos al pastor con salsa y cilantro. El humor de Carlos Monsiváis. El mar en Punta Mita. Las canciones de Julieta Venegas. La poesía de Efraín Huerta. El Espacio Escultórico al amanecer. Cualquier Zócalo cualquier domingo. La forma en que los mexicanos se besan y se saludan y se dicen "buenas tardes" al subirse al elevador. Las fiestas ruidosas los sábados por la tarde. La casa de Luis Barragán. Los amigos que siempre tienen tiempo para tomarse un tequila. La decencia de Germán Dehesa. Los picos coloridos de las piñatas. Las casas de Manuel Parra. Las buganvilias y los alcatraces y los magueyes. Las caricaturas de Naranjo y los cartones de Calderón. El helado de guanábana. La talavera de Puebla. Las fotografías de Graciela Iturbide. Los mangos con chile parados en un palo de madera. Las comidas largas y las palmeras frondosas. La pluma de Jesús Silva-Herzog Márquez. Las mujeres del grupo Semillas y las mujeres que luchan por otras en Juárez. Cada persona tendrá su propia lista, su propio pedazo del país colgado del corazón. Una lista larga, rica, colorida, voluptuosa, fragante. Una lista que debe comenzar con las palabras de la chef
Marta Ortiz Chapa: "Siempre me gustó ser mexicana". Una lista con la cual contener el pesimismo; un antídoto ante la apatía; una vacuna contra la desilusión. Una lista de lo mejor de México. Una lista para despertarse en las mañanas. Una lista de Año Nuevo. Una lista para pelear contra lo que Susan Sontag llamó "la complicidad con el desastre".

Porque el credo de los pesimistas produce la parálisis. Engendra el cinismo. Permite que hombres como Manlio Fabio Beltrones promuevan el juicio político contra los jueces de la Suprema Corte y nadie se lo impida. Permite que los partidos vivan del presupuesto público sin cumplir con la función pública. Permite que los legisladores no actúen como tales. Permite la persistencia del status quo. El pesimismo es el juego seguro de quienes no quieren perder los privilegios que gozan, los puestos que ocupan, las posiciones que cuidan. El pesimismo es la cobija confortable de los que no mueven un dedo debajo de ella. Es el lujo de los que rentan el carro pero no se sienten dueños de él. Y durante demasiado tiempo, México ha sido un país rentado para sus habitantes. Ha pertenecido a sus líderes religiosos y a sus tlatoanis tribales y a sus colonizadores y a sus liberales y a sus conservadores y a sus dictadores y a sus priistas y a sus presidentes imperiales y a su intelligentsia y a sus partidos y a sus élites. No ha pertenecido a sus ciudadanos. Por eso pocos lo cuidan. Pocos lo sacuden. Pocos lo aspiran. Pocos lo lavan. Pocos lo enceran. Pocos piensan que es suyo. Pocos lo tratan como si lo fuera. Porque como dice Larry Summers, el presidente de la Universidad de Harvard, nadie nunca ha lavado un carro rentado. Pero quienes saben que el país es suyo no viven con el lujo del descuido. Quienes han vivido años fuera de México saben lo que es andar con el corazón apretado. Lo que es caminar a pasos de pequeñas nostalgias y grandes recuerdos. Lo que es extrañar el olor y el sabor y la bulla y la luz. Lo que es querer tanto a un país que uno siente la imperiosa necesidad de regresar y salvarlo de sí mismo. Lo que es vivir pensando -de manera cotidiana- que los gobernados pueden y deben vigilar a quienes gobiernan. Que los partidos políticos pueden y deben reducir la violencia social y pavimentar la ruta democrática. Que la oposición puede y debe redefinir los términos del debate público. Que la clase política entera puede y debe fomentar la conexión entre la democracia y los ciudadanos. Que no es demasiado pedir. Las soluciones están allí para ser instrumentadas. Las recetas están allí para ser aplicadas. Las reformas están allí para ser ejecutadas. Abarcan la reelección de los legisladores y la reforma política y la reforma fiscal y los juicios orales y la reforma a la Ley de Medios y la apertura de la televisión y la competencia en las telecomunicaciones y la lucha contra la violencia doméstica, entre muchas otras. Tanto por hacer; tanto por cambiar; tantos sitios donde amontonar el optimismo. El optimismo de la voluntad frente al pesimismo de la inteligencia. El optimismo de quienes creen que las cosas en México están tan mal que sólo pueden mejorar. El optimismo perpetuo que se convierte en multiplicador.
En El paciente inglés, Katherine murmura "nosotros somos los verdaderos países, no los límites marcados en los mapas, no los nombres de los hombres poderosos". México no es el país de Andrés Manuel López Obrador o Santiago Creel o Roberto Madrazo. No es el país de los congresistas o los gobernadores o los burócratas o los líderes sindicales. Es el país de uno.
El país nuestro. En el 2005 y siempre.

Denise Dresser