Declaración de oficio

Sí, protesto conducirme y declarar con verdad.

Mi nombre es Julio Figueroa Medina.

Señas particulares: un lunar grande en la nalga izquierda.

Nacionalidad mexicana. Originario de Atoyac, Jalisco, y residente en Querétaro desde 1988, a donde llegué después de vivir toda mi vida en la ciudad de México, en Coyoacán.

Domicilio rodante. Con domicilio legal en Hortaliza 130, Carrillo Puerto, c.p. 76180, Qro. Qro., Tel. 210-45-36. (Abogado Eligio Arnulfo Moya Vargas).

56 años. Fecha de nacimiento: 19 de junio de 1950.

Estado civil separado. Dos hijos mayores de edad.

Alfabeta. Pasante de sociología, pasante de filosofía, pasante de literatura. Cero títulos. Salvo el de la vida. Pasante de la vida.

Oficio: palabrero.

Cero ingresos fijos. Vivo de la caridad intelectual de los amigos y de trabajillos ocasionales diversos.

Extranjero en mi tierra.

Nadie depende de mí y no dependo de nadie (aunque en realidad estoy vivo gracias a los otros todos, incluyendo mis enemigos; gracias).

Pero no soy un desempleado: tengo más trabajo que muchos y lo hago como mejor puedo.

¿Soy improductivo? ¿Consumo más de lo que produzco? Espero que no, pues he intentado precisamente lo contrario: consumir menos y producir más.

Gabriel Zaid es mi piedra de toque en este punto. Frente a su brillante progreso improductivo, mi modesto retroceso creativo. ¿Comprenden?

Desde hace tiempo me salí de la fila o me sacaron o me formé en la fila equivocada o realmente nunca estuve formado. Y hoy pago las consecuencias. Duele.

Pensar y escribir con claridad es también servir a la sociedad.

Padres finados: Maximiliano Figueroa Guzmán y Guadalupe Medina Fuentes.

No afecto al cigarro.

Sí afecto al café, la cerveza, el ron, el tequila y la coca-cola.

Sin antecedentes penales.

Sin religión alguna. Agnóstico.

Sin amor. Con deseos.

Sin culpa ni vergüenza.

No he matado a nadie, ni con desamor ni desprecio ni olvido.

¿Tienen poesía mis días?

¿Tiene corazón mi camino?

No odio a nadie, tengo muchos amigos y algunos cuantos adversarios.

Creo en lo que hago y creo en los otros.

Estoy aquí de paso. No para siempre aquí. Pero antes…

Credencial del Instituto Federal Electoral, número de folio: 0000105277757

Juro decir la verdad y nada más que la verdad. Aunque sé muy bien que la vida es superior a la verdad. Ricardo Reis (Pessoa): “No quiero la verdad, sólo quiero la vida”. Oh Kikín queretano.

Creo en la ley y en la justicia literaria.

Doy fe de vida.

Sigo andando.

--No lloraré, dice la canción de Maná, mientras camine. Pero sí se llora.

Hasta reventar.


Gracias a Arturo Vallejo,
por esta buena idea.


“Sin esa tonta vanidad que es el mostrarnos
y que es de todos, no veríamos nada
y no existiría nada.”

Antonio Porchia, Voces, 1969


Julio Figueroa
Diciembre 2006