NEO TEMERARIO
Hernando Lozada
250 años de estar aquí.
¿Saldrá mañana el sol,
habrá matanza o himnos,
estoy despierto o sueño?
Tercera vigilia
Octavio Paz, 1950
I
Yo soy,
Yo seré siempre
Aquél intrépido
Caído del firmamento
Que se jugó la vida
En cada ejemplo.
II
Supe todo y pude todo.
Fui los dioses, fui los astros.
Hasta que me cansé
De tanto ser.
Y ya no fui nada
Al amanecer.
III
En la batalla
el que cuenta los muertos
es el que gana.
¿Alguien me contará?
¿Los muertos ya no cuentan?
IV
Muerte:
Mientras viva y pueda
Estaré alerta
Y burlándome de ti.
Equivócate conmigo,
Antes ve por Jadelav el hipócrita.
V
En el jardín de la medianoche
Duermen placidamente millones de sombras,
En el interior de mi amada
Repta vigoroso mi animal.
VI
El ave canta.
El resto de habitantes del palacio
Lenmóviles y enmudecidos,
Ignoran mi felicidad.
VII
Alta en la cumbre
La luna es de oro.
Tu boca en mi pecho
Es lumbre.
Mujer mas veneno dulce.
VIII
Por el roce de tus dedos en mi boca,
Te sé
Madre del Rey Midas.
Hombre mas oro sensible.
IX
Sueño que sueñas
Dando un paseo
Por el jardín
-Hueles el aroma de algunas nostalgias-
y lloras porque te falto.
X
La copa llena.
¿Venciste?, ¿Humillaste?,
¿Burlaste a no sé cuántos?
Por sed que me devore
Contigo no brindo.
XI
La espada
Rompió el silencio.
Brotó la sangre.
Oh,
La empuñaba otra mano.
XII
Ventiscas frías,
La noche de temer,
Los gatos persiguiéndose,
La corona en el perchero
Y una mujer en mis manos
Me bastan.
XIII
Mi vida consiste en entregarme.
Te he amado
Sobre la tierra, el mármol,
La madera, la seda...
El mar...
Nunca reparé en eso.
XIV
Familiares y amigos
Cayeron en la batalla.
Los lloré.
La noche es vana.
Y cuento la historia.
XV
Los días pasados,
Presentes y futuros,
Son míos.
Pero, ¿las noches?
Realmente me abisman.
XVI
Cuando el alba nace
Yo desfallezco.
Que triste es
Perder el sueño
En el pajar de los celos.
XVII
Dormida sonríes.
Surge en mí
El fuego de la duda:
¿Me traicionas,
o estás fingiendo
para que yo arda?
XVIII
El tigre
Duerme placidamente.
Por su ron-ron advierto
Que en el circo de mañana
El domador será domado.
XIX
Así de simple:
Un cuchillo no sabe
Que es un perfecto asesino.
Un hombre no sabe
que es un perfecto imbécil.
XX
Un hombre
...
Y nada
...
Y nada más.
...
Apenas la mitad.
1914-2004, 90 años de Paz.
Hernando Lozada
250 años de estar aquí.
¿Saldrá mañana el sol,
habrá matanza o himnos,
estoy despierto o sueño?
Tercera vigilia
Octavio Paz, 1950
I
Yo soy,
Yo seré siempre
Aquél intrépido
Caído del firmamento
Que se jugó la vida
En cada ejemplo.
II
Supe todo y pude todo.
Fui los dioses, fui los astros.
Hasta que me cansé
De tanto ser.
Y ya no fui nada
Al amanecer.
III
En la batalla
el que cuenta los muertos
es el que gana.
¿Alguien me contará?
¿Los muertos ya no cuentan?
IV
Muerte:
Mientras viva y pueda
Estaré alerta
Y burlándome de ti.
Equivócate conmigo,
Antes ve por Jadelav el hipócrita.
V
En el jardín de la medianoche
Duermen placidamente millones de sombras,
En el interior de mi amada
Repta vigoroso mi animal.
VI
El ave canta.
El resto de habitantes del palacio
Lenmóviles y enmudecidos,
Ignoran mi felicidad.
VII
Alta en la cumbre
La luna es de oro.
Tu boca en mi pecho
Es lumbre.
Mujer mas veneno dulce.
VIII
Por el roce de tus dedos en mi boca,
Te sé
Madre del Rey Midas.
Hombre mas oro sensible.
IX
Sueño que sueñas
Dando un paseo
Por el jardín
-Hueles el aroma de algunas nostalgias-
y lloras porque te falto.
X
La copa llena.
¿Venciste?, ¿Humillaste?,
¿Burlaste a no sé cuántos?
Por sed que me devore
Contigo no brindo.
XI
La espada
Rompió el silencio.
Brotó la sangre.
Oh,
La empuñaba otra mano.
XII
Ventiscas frías,
La noche de temer,
Los gatos persiguiéndose,
La corona en el perchero
Y una mujer en mis manos
Me bastan.
XIII
Mi vida consiste en entregarme.
Te he amado
Sobre la tierra, el mármol,
La madera, la seda...
El mar...
Nunca reparé en eso.
XIV
Familiares y amigos
Cayeron en la batalla.
Los lloré.
La noche es vana.
Y cuento la historia.
XV
Los días pasados,
Presentes y futuros,
Son míos.
Pero, ¿las noches?
Realmente me abisman.
XVI
Cuando el alba nace
Yo desfallezco.
Que triste es
Perder el sueño
En el pajar de los celos.
XVII
Dormida sonríes.
Surge en mí
El fuego de la duda:
¿Me traicionas,
o estás fingiendo
para que yo arda?
XVIII
El tigre
Duerme placidamente.
Por su ron-ron advierto
Que en el circo de mañana
El domador será domado.
XIX
Así de simple:
Un cuchillo no sabe
Que es un perfecto asesino.
Un hombre no sabe
que es un perfecto imbécil.
XX
Un hombre
...
Y nada
...
Y nada más.
...
Apenas la mitad.
1914-2004, 90 años de Paz.
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