El Palabrero Mayor
y los otros nosotros en libertad
Julio Figueroa
I
¿Qué significa hoy la presencia de Marcos y los zapatistas en México? ¿Qué es la otra campaña en pleno proceso electoral por la presidencia de la República? ¿Qué dijo Marcos en su primer nuevo discurso en Querétaro la tarde del viernes 3 de marzo de 2006, cuando el sol del ocaso rendía su postrera luz hermosa y fútil?
En primer lugar, la crítica al mundo económico mundial llamado neoliberal, donde, en español de José Emilio Pacheco, “los ricos de hoy son menos ricos de lo que serán mañana cuando los pobres sean más pobres” (cito de memoria).
En segundo lugar, que nuestro sistema político electoral hace agua por todos lados; hoy que son creíbles las elecciones, no son creíbles los candidatos. Por tanto, esa clase política revoloteando y mamando en torno al poder y el dinero, está desacreditada hasta la ignominia. ¿Qué hacemos con ella y cómo la transformamos y encontramos otra manera de hacer política?
En tercer lugar:
La crítica en nuestros confusos y revueltos tiempos es indispensable. Y la crítica de izquierda contra la propia izquierda es todavía más imprescindible. Un pensamiento crítico que no es crítico consigo mismo no es crítico. El discurso de Marcos del viernes 3 de marzo en Plaza de Armas, fue muy claro y muy bueno: rebosante de metáforas mágicas y de una plasticidad literaria y política que lo han convertido, sin lugar a dudas, en el Palabrero Mayor de estas tierras chichimecas. Tranquilo, sin aspavientos, con una voz envidiable, creíble y contundente. El trabajo hace cosas valiosas pero las personas no somos cosas y sin embargo nos quitan las cosas que hacemos con nuestras manos y nuestra cabeza y nos hacen cosas. Magnífica reflexión viva y verdadera. Salvo su concepción de mundo en blanco y negro: los malditos malditos de arriba y los malditos malditos de abajo, los buenos y los malos separados irremediablemente. ¿Y los hijos de la tiznada que están a nuestro lado: arriba y abajo y en medio? ¿Y el hijo de la tiznada y precioso que soy yo? No, Marcos. No, amigos izquierdosos zapatistas. No, hombres verdaderos del color de la tierra. "La crítica del otro comienza con la crítica de uno mismo. Y el valor de un espíritu, decía Nietzsche, se mide por su capacidad para soportar la verdad.” No, el mundo no es en blanco y negro sino en chingos y más chingos de paradójicos colores. Y perdón por lo de paradójicos colores.
Salí de Plaza de Armas y llegué a Zaragoza y Corregidora y me pregunté: ¿Es así el mundo, como dicen los zapatistas, o los mil colores alucinantes y en movimiento que ahora veo son el mundo? Sepa la bola. Seguí y me perdí por la calle alucinada y alucinado.
Más tarde me vi solo a deshoras ante una mujer desnuda inexplicablemente en medio de la luz. ¿Saben cómo la vestí? Con estos versos del poeta y sacerdote inglés John Donne (1572-1631): "Mírame, ven, ¿qué mejor manta / para tu desnudez, que yo, desnudo?"
II
El sábado 4 de marzo el Teatro de la República, con Marcos como testigo de calidad, se convirtió en el foro de la libertad de expresión crítica más grande de Querétaro.
Esto prueba por lo menos tres cosas: la cortedad de nuestros medios de comunicación, la impotencia del poder cerrado ante la sociedad abierta, y la movilización de los mejores ciudadanos haciendo el mejor uso posible de las palabras en libertad. Los otros nosotros en libertad.
Impresionante.
Contra la economía neoliberal, contra los crímenes homofóbicos y otros crímenes del poder sin castigo, contra la explotación del trabajo sexual, por la diversidad de la vida, las creencias y las costumbres, por las culturas alternas: las otras respuestas a las preguntas eternas, contra los monopolios del dinero, la política y la religión, por la vida en movimiento pues la muerte es la inmovilidad, por romper el miedo al miedo con el amor a la libertad y el canto de las abejas, con los nervios nerviosos de la vida crispados de punta, con el sexto sentido rajando el miedo y dando libertad a nuestras palabras, acabando con la apatía, con la indolencia, en una catarsis colectiva, por las pequeñas cosas cotidianas, como los que dizque queremos cambiar el mundo y no mantenemos ni salvamos a nuestros hijos, animándose a meter aire y hacerlo circular donde no circula ni hay aire, alumbrando el tenebroso silencio queretano, quebrando el miedo a la represión, haciendo hablar al silencio, por recuperar nuestras raíces históricas de los pueblos indios, por las muchas izquierdas y el sufrimiento y los desgarramientos de estas izquierdas históricas, por otra educación, el enemigo no es una persona sino un sistema: y el sistema lo hacemos todos, ¿socialismo autoritario o socialismo libertario?, desde abajo y a la izquierda… el rosario de temas y problemas y denuncias y quejas y cuestiones y lamentos y muchas otras cosas fue enorme.
Una buena parte del México contemporáneo vivo y real pasó este 4 de marzo por el aristocrático y decimonónico Teatro Iturbide, hoy Teatro de la República, el sábado Teatro de los zapatistas, aquí en Querétaro.
Conmovedor.
A Marcos le tocó el micrófono a las 2: 55 de la tarde: Gracias a todos y a todas por la palabra que nos dieron… Poco a poco se dibuja el otro Querétaro… Esto soy yo… Esto son ustedes… Los otros todos que nosotros somos… Pero no somos iguales todos, eso es un engaño…
III
Debo terminar haciendo un juicio de valor crítico: yo no soy zapatista, pero con Marcos están probablemente muchas personas, y algunas de las mejores, más, muchas más, que las que siguen a no pocos candidatos políticos de los distintos partidos electoreros. ¿Sí o no? ¿Qué significa eso? ¿Hay que ser zapatista para estar de acuerdo con algunos de sus planteamientos fundamentales? ¿Todos los hipercríticos del zapatismo somos hiperreaccionarios?
Yo seguí a propósito por Radio Universidad la transmisión desde las nueve y pico de la mañana hasta las 3 y 20 de la tarde, primero intermitentemente y luego en transmisión continua. Gracias a esta radio alternativa crítica y cultural y política de la Universidad Autónoma de Querétaro tenemos otra imagen de lo que sucedió el sábado en el Teatro Zapatista. Gracias, mil gracias, de un palabrero menor.
Qro. Qro. México, sábado y domingo 4-5 de marzo de 2006.
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