martes, octubre 25, 2005

Manifiesto Personal 2

Manifiesto personal / 2 Hernando Lozada herloz@walla.com

Hay hombres que acumulan cobardías.
Otros acumulan rencores, tristezas, impotencias y amarguras varias.
El valiente es valiente porque sabe que la muerte tiene permiso.
Lo más tonto es decir votaré por el menos malo. Todos son malos. Pasados por lupa nadie se salva.
El mejor político destroza a los demás.
Las desgracias vienen acompañadas de beneficios.
Critica responsablemente todo lo que veas mal, eso habla bien de ti.
El buen juez por su vecino empieza.
Oh, Doña Lupe: Saludé a mi jefe y huelo a gato.
Vivo tiempos asombrosamente posmodernos.
No todo está perdido; por cada mil jóvenes desperdiciándose. Hay uno que salvará al mundo.
Cuidado: demasiada luz te hará invisible.
Solo en lo oscurito me siento entero.
Utopía: si al menos pudiéramos hacer de tantos partiditos pírricos un (impartido) entero.
También la muerte nace y muere con nosotros.
Lo peor está por irse, lo mejor debiera estar por venir.
2006: Los mexicanos con derecho a voto decidirán quién les de atole con el dedo los siguientes seis años.
La auténtica pejez es un trabajo demasiado duro.
Madrazo es lobo disfrazado de caperucita que aúlla como abuela.
Tenía reputación de honesto hasta que incontables se le salieron las monedas.
Calderón: saber sumar y multiplicar sin sentirse Juan Camaney.
Lamentablemente los demás no pintan.
La inocencia es peor que la corrupción, pues nunca será asaltada por la búsqueda de significados, ni pondrá en tela de juicio la gloria de la razón.
El individualismo pudre las manzanas de la colectividad.
El mundo nació para que el hombre ruede en él.
Los gatos pensaron quemar la casa para acabar con las ratas. Pero... ellos estaban adentro.
Antes de emitirlas lava perfectamente tus opiniones.
Soy guanajuatense-queretano-quintanarroense, trabajador, inteligente, solidario y orgulloso.
...Y al no poderlo evitar se enamoraba de sí mismo.
Si no claudicas alcanzarás todas tus metas, si te rajas, otro no hará nada con lo que dejaste, sólo engullirlo.
Amor adulto es aceptar al otro con su cúmulo de defectos.
Todo parado: Era tan mediocre que nada se podía hacer sin su consentimiento.
Humillado besaba las botas del jefe al tiempo que apretaba el cuchillo con furia mortal.
Mientras le lleguen las quincenas seguirá sonriendo.
Sigo esperando “La Escondida” película piporreana de lo corrupto.
Los amarillos somos cinicotes, los azules mojigatos, los rojos somos cucarachas inmortales.
El huracán destrozó todo, menos los mejores momentos de mí vida en ese mar.

Juana Tenorio


Impresos Campa / Publiguia

miércoles, octubre 12, 2005

Entrevista con Denisse Dresser / Thelma Durán

Septiembre 2005 / Revista Etcétera
Con frecuencia he sido muy agria
Thelma Gómez Durán / Denise Dresser

Politóloga, investigadora y periodista, ¿cuál de las tres facetas prefieres?
La que no mencionaste, la de ciudadana activa e indignada. Creo que ésa es mi definición esencial.
¿Indignada desde hace mucho?
Indignada después de que pasé cinco años en Estados Unidos y regresé a México a mitad del sexenio de Vicente Fox. Estoy indignada frente a lo que pudo haber sido y dejó de ser, frente a la posibilidad truncada del cambio, frente a la apatía de un país al cual se le está acabando el tiempo para reformarse. Indignada, también, frente a lo que no cambia: las estructuras de poder tradicionales; las élites rapaces; los monopolios; los intereses establecidos que parecen haber sido poco afectados por una transición electoral, por una democracia electoral que lo es en el sentido de una alternancia entre partidos, pero no lo es en la forma que empodera (sic) a sus ciudadanos, que los represente y que se aboque a cumplir el original interés público.
¿Cuánto tiempo le queda al país para reformarse?
Diez años, menos, quizá cinco, si vemos la velocidad en que se están moviendo otros países y que son su competencia, que le están arrebatando nichos en el mercado, estoy pensando en los casos de China e India en cuanto a crecimiento económico, competitividad, productividad, innovación, capacidad de insertarse en el mercado global. México está dejando de hacer las reformas que lo convertirían en un país moderno y más allá de la retórica del país moderno, me refiero a elevar la calidad de vida; un país que crece a 2 o 3% no puede satisfacer la demanda de 40 millones de pobres, no los puede educar, no les puede ofrecer oportunidades.
La Denise que escucho ahora me parece diferente a la Denise que leí a principios de 2005, aquella que escribió el artículo "El país de uno", en donde le apuesta al optimismo
No era un artículo optimista, era un artículo cariñoso, un artículo que en vez de criticar todo lo que no funciona trataba de resaltar todo lo que yo quiero de este país. Recuerdo que recibí muchos correos electrónicos, pero el que más me impactó fue el de una mujer que me dijo: "Denise, te das cuenta que todo eso que tú quieres de México -las enchiladas de Sanborns, los murales de Diego Rivera, las casas de Manuel Parra (como en la que vive)-, son las cosas que a los turistas les gustan, las cosas folclóricas, las cosas bonitas, las cosas coloridas".
Muchos países están orgullosos de lo que logran, no de su pasado, no de su historia o de su cultura, sino de su progreso, de su dinamismo, de vivir echados para delante, de la igualdad de oportunidades. Si le preguntaras a un canadiense de qué está orgulloso -estoy casada con un canadiense, por eso lo sé- jamás te diría que la comida, los lagos, los árboles o el paisaje, te diría que del sentido de comunidad, las igualdades sociales, la tolerancia y del país que han logrado construir. El artículo "El país de uno" es un poema de amor para un país en el cual vivo por elección. Podría vivir mañana en Canadá o en Estados Unidos; traje a mi familia, agarrados todos de las orejas de regreso a México porque sentía que teníamos la obligación de hacer algo, de contribuir de alguna manera, de sacudir conciencias, de educar a universitarios, de escribir artículos, de publicar columnas, de ser ciudadanos que viven con la boca abierta.
¿No fue equivocada la elección?
Si pensara eso, no me podría levantar por las mañanas, porque a pesar de lo que se ve en términos de la élite política, a la cual le apuesto ya muy poco, veo estos archipiélagos de esperanza, y no estoy utilizando el término como lo usa Andrés Manuel López Obrador, sino la esperanza que se difunde en la indignación, en el activismo que comienzo a ver, en el periodismo que empieza a vislumbrarse, en el papel que está jugando, por ejemplo, el Instituto Federal de Acceso a la Información. Ésas son las tendencias positivas a las cuales quiero apostar, a las que emanan de una sociedad civil incipiente; al cambio que van a provocar los migrantes que regresan a México con sus remesas en la bolsa y comienzan a exigir lo mismo que ven al otro lado de la frontera.
¿Cuál es tu antídoto contra la apatía?
El enojo (risas) la energía que provee la indignación, la indignación cotidiana que siento cuando escucho a personas como (Arturo) Montiel hablar de sus aspiraciones políticas, cuando veo lo que se gasta para sostener a la democracia en este país: 416 millones de dólares, cuando Canadá gasta 20 y Estados Unidos 150. La indignación que me produce la pobreza, y no lo digo como cliché, sino como alguien que ve lo que están haciendo en otros lugares.
¿Cómo calificarías al poder?
¿En México?... Un poder que se agandalla; un poder que se ejerce de manera arbitraria y opaca porque puede, porque las estructuras del poder fueron construidas para amurallar a una élite privilegiada y mantener a millones de mexicanos fuera de esta muralla; un poder que no rinde cuentas, que crea un país donde hay una clase política que esencialmente hace lo que quiere y a una ciudadanía que padece los embates de esa clase política.
¿Te gusta ser líder?
Líder pero no en el sentido convencional. A mí no me gustaría ser un líder para coordinar un equipo, trabajar en una oficina o tener un presupuesto. Las estructuras convencionales de los líderes no me gustan; prefiero a los líderes que defienden su independencia, líderes al estilo de Martin Luther King o de Mandela, que operan al margen de las instituciones establecidas y que eso les da una gran libertad, una gran creatividad.
¿Un líder como el subcomandante Marcos? Él cumple con algunas características que mencionaste
Cumple con algunas características, pero Marcos no me parece un hombre moderno Marcos está hablando -y qué bueno que asuma ese papel, pero ese papel no es el mío- en nombre de los agraviados, de los pobres, de los desposeídos y exige que alguien resarza la deuda histórica con ellos, pero está mirando de alguna manera hacia atrás, está pensando casi de manera localista, aldeana.
Yo tengo una herencia privilegiada, mi padre era estadounidense, realicé el doctorado allá, estoy casada con un canadiense; veo mi papel como alguien que está mirando hacia fuera y quiere traer lo mejor de afuera hacia dentro; me parece que los ciudadanos de México deben serlo no sólo de México, sino ciudadanos globales que se insertan en el mundo de la tecnología, de las comunicaciones. A mí me encantaría que en este país hubiera empresarios, como los que admiro, como Michael Dell, como Steve Jobs. Eso que reconozco del carácter mexicano, que es la laboriosidad, el compromiso, la tenacidad, la gran creatividad, pudiera expresarse y que llevara a algo que es políticamente impopular o incorrecto en este país: la acumulación de riqueza. No estoy pensando sólo en redistribuir lo que existe, sino en cómo crear lo que no existe.
¿Sigues siendo la mujer-armadura, la mujer-acorazado, el carro blindado?
Menos de lo que lo fui durante muchos años, porque como escribí en aquel texto de Gritos y susurros, mi esposo me salva cotidianamente. Pienso en mi vida dividida en tres etapas: el paraíso, que fue cuando nací hasta cuando murió mi padre; el paraíso lleno de luz, glorioso, lleno de aventuras, de una gran felicidad. A partir de los siete años hasta los 33, cuando conocí a John, mi vida era la jungla, la selva; viviendo al acecho siempre, con un arco y una flecha, dependiendo de la dificultad de ser mujer y ser mujer en México, y de ser una mujer a la cual la educaron para que fuera igual a sus contrapartes, que tuviera ambiciones, sueños y fuerza, al igual que todos los hombres; jamás me sentí encajonada con mi género. Pero fueron años muy difíciles, es difícil ser mujer profesionista en México, es difícil pisar fuerte, hablar en voz alta, es difícil saberte saboteada y saber que te meten el pie y te cierran espacios. Y cuando conocí a John entré a la tercera etapa de mi vida: la de la fortaleza; como si alguien me hubiese construido una fortaleza amurallada en donde adentro hay una casa linda, tres hijos maravillosos, viajes, libros, arte, ideas. Vivo muy protegida ahí; todavía cargo con mi arco y con mi flecha pero ahora me subo a mi torre y disparo desde ahí, ya no estoy en la selva.
Es curioso, un hombre te dio fortaleza
Fui una soltera muy infeliz, una pésima soltera. Si hubiese un manual de todo lo que uno no debe hacer, yo lo hice ¡todo! Eso me quitaba gran energía, me confundía, trabajaba menos por eso, por la soledad. Con frecuencia mis alumnas del ITAM me preguntan: "¿Cómo haces todo esto: las conferencias, los viajes, las clases, las columnas?". Y digo: "Es que no estoy casada con un mexicano". No es porque piense que no hay hombres extraordinarios, claro que los hay, algunos de ellos son mis amigos, pero los dioses me enviaron a alguien que no tiene ningún problema con que yo tenga un perfil público, que no tiene ningún problema en que nos dividamos el trabajo, construir, educar, criar a nuestros hijos de manera absolutamente igualitaria. Yo le digo que quiero hacer algo y él me pone un trampolín para que salte más alto, pero porque viene de una cultura diferente, una cultura que nos lleva 30 años en términos del trato a sus mujeres. Recuerdo que cuando iba a casarme con él, su madre me dijo: "Tienes que casarte con John porque te va a cuidar, siempre te va a ser fiel, te va a respetar y tiene muy buenos dientes" (risas). En mis travesías de soltera, antes de John, nunca fue así, y amé a muchos hombres fascinantes, connotados, que han hecho cosas importantes en México y fuera, pero no me daban mi espacio o querían cambiarme, domesticarme.
¿John cumplía con la imagen que tenías del príncipe azul?
Cuando conocí a John, ya me había dado por vencida, ya no creía en los príncipes azules, me había topado sólo con enanitos verdes (risas). Encontrar a John no fue encontrar a un príncipe azul, fue encontrar un remanso de paz, fue, finalmente, quitarme un poco esa armadura, soltar las armas, dedicarme a tener bebés; tuve tres hijos en menos de tres años, tuve gemelos; dejé de escribir dos años, me dediqué a reír, a viajar, a gozar más de la vida, no sólo analizarla Aprendí a ser feliz. Creo que antes no le daba mucha importancia a la felicidad, me parecía una variable residual (risas), creía que era más importante ser exitoso o ser comprometido, cumplir ciertos objetivos, pero ahora soy una gran creyente de la felicidad.
¿Qué personaje literario te gustaría ser?
Me identifico con Hermione Granger, la aprendiz de bruja de los libros de Harry Potter. La que estudia y lee obsesivamente, la que siempre quiere ser la mejor de la clase, la que vive preocupada por la desigualdad y la opresión y que por ello organiza a los houseelves, para que no los exploten.
¿De niña escuchabas a Cri-Cri?
Muy poco. En realidad dejé de ser niña cuando murió mi padre y tuve una infancia muy pequeña, muy limitada, duró sólo siete años. Siempre fui niña de libros, leí y sigo leyendo vorazmente, creo que es la actividad que más hago. No podría escribir sin leer y leo muchísima literatura. Escribir cada columna no es sólo un acto de análisis, es un acto de creación literaria, cuido cada una de las palabras que uso, me toma tiempo escribir esas columnas, hago cuatro o cinco horas de investigación previa y me toma unas cuatro o cinco horas escribir cada columna.


¿Fuiste traviesa?
Sí. Recuerdo que cuando tenía como diez años, en la casa de al lado vivía un muchacho que estaba semienamorado de mí y sobornaba a la muchacha para que lo dejara esconderse en mi clóset; cuando yo llegaba de la escuela abría la puerta del clóset y salía intempestivamente. Yo lo odiaba con un odio feroz. Una tarde, su hermana llegó a casa con una gelatina y dijo: "mañana va a ser el cumpleaños de César y estamos preparando una fiesta sorpresa, ¿podríamos dejar la gelatina aquí para que se cuaje?". A esa gelatina le puse pimienta, detergente en polvo y cuajó perfectamente (risas). Después me contó mi mamá que en aquella fiesta hubo personas que vomitaron (risas).
¿Sigues haciendo travesuras?
Sí, con lo que escribo. Me parece que al análisis político en México le falta sentido del humor, mordacidad; a los analistas políticos les falta tomarse menos en serio, jugar con el lenguaje, las ideas. Yo uso muchas metáforas, me inspiro mucho en el cine, incluso, en los juegos de mis hijos. Mi hija fue quien me sugirió el título de lo que fue después mi columna: "Marth Vader", en la que comparo a Marta Sahagún con el personaje de Darth Vader; ella se había ido también al lado oscuro de la fuerza (risas); había sido como Anakin, ese personaje lleno de esperanza, el elegido, que después se transforma en la encarnación de todos los males y se convierte en todo aquello contra lo cual peleó.
¿Te leían cuentos antes de dormir?
Mi padre me leía mucho sobre la mitología griega y me contaba cuentos de diosas y dioses, de héroes y heroínas; siempre eran cuentos que sucedían en otros lugares, en otras latitudes. Todos los domingos, cuando nos sentábamos sobre su cama, ponía un globo terráqueo, le daba la vuelta y me decía "escoge". Yo escogía el país y me inventaba un cuento de ese país; en muchos de esos cuentos la protagonista era la princesa Denise, que era guapa, valiente, atrevida, luchando siempre por las mejores causas. Esos cuentos, creo, fueron definitorios para mí.
¿Veías el Chavo del ocho?
Nunca he visto mucha televisión. Y he de confesar que sigo sin ver. Confieso que soy analista de la política mexicana sin ver la televisión mexicana (risas).
¿Ni siquiera la veías cuando tú eras parte de la televisión?
A veces lo hacía. Me daba tanta ansiedad por lo que pude haber dicho y no dije, por cómo pude haber reaccionado y no reaccioné. Me veía poco, en realidad. Tengo una relación tensa con la televisión, porque al mismo tiempo que reconozco su poder, me preocupa su reduccionismo. Cuando salí de Canal 40, en una situación muy intempestiva, muy difícil, pensé que era un golpe profesional del cual no me iba a recuperar jamás; lo padecí mucho. Pero siento que fue lo mejor que me pudo haber pasado, porque salir de la televisión me llevó a escribir. Y la televisión lo vuelve a uno famoso, pero no lo vuelve influyente. Cuando haces televisión dejas de pensar, actúas, todo es performance; te preparas, pero te vuelves entrevistador, explicas, simplificas el mundo para quienes te ven, pero no lo analizas.
¿No eres influyente cuando estás en televisión?
Bueno, sí tienes cierta influencia, pero es una influencia distinta; es la influencia que te da confrontar, entrevistar, acorralar a quien tienes en la mesa, obligarlo a confesar alguna cosa, confrontarlo con su pasado, con la distancia entre sus promesas y sus actos. Pero eso es diferente a pensar de manera seria en los cuellos de botella de México, en cómo proveer soluciones. Es debatible la influencia de la televisión porque, innegablemente que en un país de pocos lectores, donde la mayor parte de las personas reciben su información política a través de la televisión, ésta tiene mucha más diseminación.
¿Por qué saliste de Canal 40?
Mi salida fue porque en una entrevista con Francisco Labastida, justo antes de la elección de 2000, le pregunté que cómo explicaba el regreso de Manlio Fabio Beltrones cuando recientemente había sido acusado por The New York Times de estar vinculado con el narcotráfico. En esa entrevista Labastida respondió con una puerilidad: que no tenía nada que ver con la campaña. Y al aire, Ciro Gómez Leyva me increpó, que cómo era posible que yo sacara a colación el tema cuando nunca se había probado la acusación. Ciro tiene una relación estrecha con Manlio Fabio Beltrones y él ha definido su posición profesional en torno a ese tema. Fue una entrevista muy tensa, Labastida llegó con su séquito y cuando Ciro me increpó todo el séquito hizo: "¡ahh! ¡bien!". Esa noche, el dueño del canal me habló y me pidió que me disculpara públicamente, eso era algo que yo no podía hacer. Mandé mi renuncia.
En el momento en que Ciro me increpa, de pronto cambian todas las reglas del juego; mi colaborador me pone contra la pared cuando me dice que a Manlio Fabio no le han probado nada y yo digo: "Bueno, han pasado tres años y no ha probado su inocencia". A lo que me refería con eso es que seguía la sombra de cuestionamiento, pero en términos estrictamente legales fue equívoco de mi parte decir algo así, porque le estaba quitando la presunción de inocente.
¿Reconoces que fue un error periodístico?
Sí. No reconozco ni reconoceré jamás como un error haber hecho la pregunta, me parece que la pregunta era absolutamente válida, pero fue un error de mi parte decir eso como lo dije, las palabras que usé, producto de mi acorralamiento en ese momento y del hecho de que no soy abogada. Eso abrió la puerta para que se me criticara. Recuerdo que Sergio Sarmiento escribió algo diciendo que sólo los fascistas exigen que uno compruebe su inocencia.
¿Este capítulo te sigue causando coraje o reclamos?
Creo que es interesante el episodio por lo que revela en términos de la libertad real de expresión, en términos del comportamiento profesional al aire; si fue un error de mi parte responder así, fue un error de Ciro el haberme increpado; creo que fue un error compartido. Incluso él tuvo la generosidad de llamarme y decirme: "Regresa, puedes decir lo que quieras al aire". Sentí que quizá fue uno de esos actos simbólicos, heroicos, que pasan desapercibidos y que son ridículos (risas), que uno se planta en su posición de querer demostrar algo que quizá no valió la pena demostrarlo, pero que para mí era importante no claudicar.
¿Cuál es la diferencia entre un periodista y un juez?
Yo no estudié periodismo, no me defino nunca como periodista, soy editorialista, columnista y eso es muy diferente. Ser periodista implica objetividad, imparcialidad, dar los dos puntos de vista al mismo tiempo, me parece que quienes conducen la noticia deben siempre atenerse a ello.
Deben actuar como periodistas, no como editorialistas
Sí, no como editorialistas.
No como jueces
No deben actuar como jueces. Pero como columnista, con ese espacio que es mío, ahí sí puedo ser juez, porque es mi opinión y trato de sustentarla. Y cada artículo que escribo se basa en 70 cuartillas que he leído sobre el tema, además trato de ponerme la capa o el sombrero del ciudadano, no sólo del intelectual, del politólogo.
¿Como articulista te has excedido?
Sí. Creo que con frecuencia he sido muy agria, muy mordaz, muy dura, pero no me arrepiento, porque mi mordacidad, mi dureza o mi agriedad son poca cosa en contraste con los abusos que han cometido las personas de quien escribo. Yo no me arrepiento ni un solo segundo de criticar a Santiago Creel como lo he hecho. Creo que históricamente ha faltado dureza en el comentario político, ahora la gente se asusta. Incluso en mis épocas del Canal 40 decían qué agresivas: "Denise la mala y la más mala" (risas). El estilo que tenía era el que veía todas las noches en países donde los periodistas y los ciudadanos se sienten empoderados (sic) y con derecho de criticar a quienes ellos han llevado a esas posiciones, a quienes ejercen el poder porque se lo otorgaron, a quienes gastan sus impuestos porque decidieron hacerlo. Aquí hay una genuflexión frente a los políticos, hay una reverencia, un respeto que no deberían tener.
¿Hay un rasgo de ternura dentro de esa articulista dura, agria y mordaz?
A quienes creen que no existe ese otro lado les recomiendo que lean el artículo "El país de uno", que es un poema de amor al país, o que lean Gritos y susurros Eso de ser una entrevistadora agresiva creo que lo dicen porque soy mujer, porque vivimos en un país en el cual no se les ha permitido a las mujeres expresar públicamente su opinión, su fuerza. La manera en la que yo entrevistaba en Canal 40 es exactamente igual a la manera a la cual entrevistan muchos hombres.
¿Qué es el amarillismo?
Es la exageración, la estridencia, el desvirtuamiento de la realidad para vender y hay mucho en este país. Lo veo como parte de ese proceso catártico que se da después de 71 años de vivir como país amordazado; es como si descorcharas una botella.
¿Y qué es la mesura?
¿Sabes cuándo empieza a darse la mesura y el profesionalismo? Cuando hay más competencia, cuando hay leyes de libelo. Por qué The New York Times cuida tanto lo que publica
Y también se le va, hay varios ejemplos
¡Sí! Y también se le va. Pero, ¿qué hace cuando se le va? Meses de investigaciones, de auditorías, de planas y planas explicando el error, ¿por qué? Porque las leyes de libelo son sólidas, no son utilizadas políticamente.
¿Alguna vez has sido víctima de los medios?
Mmmm ¡Sí! (risas) Hace poco, en Proceso publicaron una caricatura que me presenta como dos cosas que no soy, puedo ser muchas otras cosas, pero no soy gorda o vieja (risas). Y pienso hablarle al caricaturista, al que seguramente le caigo mal. Bueno, no En La Jornada. ¿Te acuerdas cuando salieron esas 13 cajas de documentos que describían el fraude de Roberto Madrazo en Tabasco, y en esas cajas salió una lista de intelectuales comprados por Roberto Madrazo? La Jornada publicó en primera plana mi nombre y ni siquiera me hablaron. La crónica decía que yo había ido a Tabasco, todo pagado por Madrazo, para ser observadora en las elecciones. Yo no he estado en Tabasco jamás, ni hace 15 años ni hasta la fecha. Me parece que La Jornada derrapó y cuando protesté publicaron una cartita ahí perdida.
¿Cuál es el aspecto de tu trabajo que menos te gusta?
Tengo la enorme fortuna de no poderte dar uno solo, porque me gusta mucho ser maestra, porque me retan y me apasionan mis columnas, porque me gusta hacer radio con Gutiérrez Vivó y mi comentario con Javier Solórzano, porque me gusta escribir Lo que me frustra con frecuencia es regresar a debates que yo ya pensaba que el país había superado, recorrer el mismo sendero una y otra vez. Creo que un momento de enorme soledad profesional para mí fue cuando el Congreso votó el desafuero, y no porque yo sea acólita de Andrés Manuel López Obrador, cualquiera que me haya leído sabe que no es así, pero es que me sentí muy sola, como se sintieron muchos que llevan diez o 15 años peleando y escribiendo en favor de la democracia, me sentí personalmente traicionada por Santiago Creel y Vicente Fox, por haber creído en ellos. Tengo una amiga que dice que quienes usaron el voto útil ahora están en psicoterapia. ¡Yo fui de los del voto útil! Yo voté por Vicente Fox y PRD todo lo demás. Fue frustrante pensar que el Presidente al cual yo había ayudado a llegar ahí, como lo ayudaron otros 38 millones de mexicanos, utilizaba a la democracia para sabotear; me frustra que en este país Roberto Madrazo todavía sea un candidato viable, cuando en cualquier otra democracia funcional ya no lo sería, estaría muerto políticamente por su historia, por sus traiciones, por su fraude en Tabasco.

Hace años escribiste que la prensa se estaba transformando en el cuarto poder, ¿ahora ya lo es?
La prensa todavía no es un cuarto poder, pero no es su culpa no serlo. La prensa denuncia, la prensa revela, la prensa acota, la prensa descubre, pero no hay mecanismos que traduzcan la denuncia en el costo, por la no reelección. Para mí la gran batalla política perdida de este país el año pasado fue que el Senado votara en contra de la reelección de los legisladores, porque tú puedes denunciar a Madrazo, a Beltrones, al espectro de los políticos de este país, pero cómo traduces la denuncia en el costo, cómo haces que paguen por lo que han hecho o dejado de hacer; hoy sólo existe el abstencionismo, la desilusión, el enojo, la tristeza, separarte de la política, mirarla con desdén. La prensa va a tener más poder sobre el destino de los políticos cuando el sistema jurídico cree mecanismos de rendición de cuentas.
¿A qué periodista admiras?
¿Tiene que ser mexicano? (risas).
No necesariamente, si es que en tu lista no hay mexicanos
No, no por ejemplo, me siento acompañada intelectualmente con Jesús Silva Herzog, aunque en ocasiones difiero ferozmente de él.
Pero él es articulista, no periodista
No, no se me ocurre alguien así. Dime tú quién es el Seymour Hersh, el periodista de The New Yorker, quién es el Bob Woodward. Ésos son mis modelos y ojalá muchos mexicanos aspiráramos a ellos. Y no quiero presentarme como rendida frente al periodismo estadounidense, porque también tiene terribles defectos, pero sí hay un compromiso con la seriedad, con la objetividad, con la investigación a fondo, con confrontar al poder con la verdad.
¿Algún periódico mexicano cumple con estas características?
Colaboro en Reforma y en Proceso y hay motivos muy claros por los que colaboro allí, porque me parece que ambos, de distintas maneras, están comprometidos con lo que hacen. De vez en cuando leo crónicas interesantes en otros medios, leo columnistas que me interesan, pero quisiera ver más. Quisiera ver esos grandes reportajes, quisiera que en México existiera el The New Yorker. Creo que hay que trabajar más para aumentar la calidad, la diversidad. Cuando pienso en modelos, en personas que admiro, pienso en los columnistas del The New York Times, esos que se ganan los Pulitzer, un Thomas L. Friedman, los que leo cotidianamente. A mi casa llegan cuatro periódicos, sólo uno es mexicano, Reforma. Todos los días leo The Financial Times, The Economist y The New York Times, porque no quiero estarme mirando el ombligo; es tan fácil perderse en las minucias cotidianas de la política mexicana y no estar mirando las tendencias de largo plazo, lo que están haciendo otros países, las discusiones culturales, filosóficas y políticas de otros lugares.
Ya que no admiras a un periodista mexicano
No, no. Carmen Aristegui, Javier Solórzano, Gutiérrez Vivó por los espacios de discusión que ha abierto En mi lista también estarían Julio Scherer, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, Sergio Aguayo, Lorenzo Meyer.
¿Hay algún personaje de la política mexicana que admires?
Admiro pedazos de algunos, pero lamentablemente no hay uno que podría decir éste. Admiro la tenacidad y la visión táctica de Andrés Manuel López Obrador, la integridad de Cuauhtémoc Cárdenas, la seriedad de Felipe Calderón, el poder de la palabra de Beatriz Paredes, el coraje de Rosario Robles. Lo que no admiro de Andrés Manuel López Obrador es su ignorancia sobre su propia ignorancia, su tozudez. No admiro de Beatriz Paredes el hecho de que no se haya comprometido en su historia política con una sola causa que modernice su partido; ella utiliza las mejores palabras, pero no ha peleado por las mejores causas. De Cuauhtémoc Cárdenas no admiro que no haya sido mejor político, porque hay maneras de combinar la integridad con hacer política y la falta de conciencia suya de cómo hacer política eficaz ha lastimado a la izquierda y le ha permitido a Andrés Manuel López Obrador apropiarse del PRD, que fue un proyecto de Cárdenas. De Felipe Calderón no admiro su conservadurismo social. De Rosario no admiro que haya sacrificado la agenda en aras de la popularidad, no admiro que se haya convertido en otra cosa, en otra persona de la que fue, no admiro que se haya enamorado como se enamoran todas las mujeres inteligentes, como una idiota.
Eres una mujer inteligente, ¿te has enamorado como una idiota?
¡Claro que sí! Pero uno tiene que pasar por esos enamoramientos idiotas para poder elegir los enamoramientos inteligentes.
¿Hay algún hombre en la política mexicana que te parezca guapo?
¿Guapo?... ¡Ah! En la lista de a quiénes admiro admiro a Jorge Castañeda por su inteligencia deslumbrante y no lo admiro por su pragmatismo reprobable.
¿Te vino a la mente Jorge Castañeda por el tema de los guapos?
No, porque así de entrada no pienso en uno sólo que me parezca guapo, hay algunos que me parecen seductores, él me parece seductor por su inteligencia. Soy de esas mujeres que son fácilmente seducidas por la inteligencia (risas). Para mí el gancho es la conversación apasionada sobre los temas del mundo, caigo más fácilmente con eso. Aunque mi esposo es un hombre guapo, cuando lo vi por primera vez pensé: "Caray, qué guapo es".
¿Cuál es tu parámetro de la belleza masculina?
Ralph Fiennes, el protagonista de El paciente inglés, es un hombre bellísimo.
¿Cuál es la música que te hace bailar?
La salsa, me encanta bailar. Ojalá lo hiciera más. Me encanta Juan Luis Guerra, me encanta todo lo cubano, me gusta mucho Carlos Santana. Soy ecléctica en cuanto a mis gustos musicales, me gusta mucho el jazz, soy apasionada de Eugenia León, la escuchaba cuando vivía fuera de México para curarme la nostalgia.
¿Cuál es la canción que te hace llorar?
Es una canción de Van Morrison, "Have I told you lately".
¿Gritos o susurros?
¡Gritos! (risas) No soy mujer de susurros, aunque muchos que me conocen quisieran que fuera mujer de susurros. Aquí hay que gritar para que te escuchen.

(Cortesía del Juanelo y del Julio. Desde Cihuatlán, Jal., México, con amor. Octubre 2005).

El hombre que supo esperar sentado / Picasso

Tiempo de futbol

Tiempo de futbol.
México 3, Brasil 0.
¡El Tri, campeones mundiales de la Sub 17!
Porras y porras a esos jóvenes.
Y qué goles, con talento y muchos güevos.
¡Campeones mundiales 3-0 sobre Brasil!
Porras y más porras a esos muchachos.
--2 de octubre no se olvida, hoy, esta frase adquiere otra connotación deportiva. (Arturo Brizio Carter en Televisa).
¿Se imaginan esto en 68?
Los tiempos han cambiado y siguen cambiando, maese Dylan.
Hoy se puede hacer y decir y acotar más.
Democracia es poder acotar al poder desde abajo.
Por ejemplo en el caso de la BMW-Ruiz Lomelí-Querétaro.
¿Hay democracia en Querétaro o tiene razón Jorge Volpi: "La democracia mexicana es una ficción" (Proceso 1508, 25-IX-2005, pp. 66-67)?
Los tiempos están cambiando y siguen cambiando, pese a todo, querido Bob.
Y no vale la pena dejarnos ganar por el desaliento.
Ni madres.
El juego es suyo, muchachos, pero los imponderables de la vida son un chingo. Aguas. Suerte.

Julio Figueroa.
Domingo 2 de octubre y domingo 9 de octubre,
Bar El Che, Cihuatlán, Jal., en los 38 años de muerto del guerrillero que regó con su vida su ideal revulucionario: decir-y-hacer en la misma entramada, nunca dicha la voz-sin-acto (E.R.G.). Amén. ¡Equivocarse haciendo! J.

martes, octubre 04, 2005

Halcón en reposo / Ted Hughes

HALCÓN EN REPOSO

Ted Hughes / Poemas de animales/
Mitos poesía- Mondadori

Me poso en lo alto del bosque con los ojos cerrados.
Inacción. No hay fantasías engañosas
Entre mi cabeza ganchuda y mis patas ganchudas.
O bien, dormido, ensayo muertes perfectas y como.

¡Qué prácticos son los árboles altos!
La levedad del aire y el rayo del sol
Son ventajas para mí.
Y la tierra me muestra su rostro para que yo lo
inspeccione.

Mis patas se cierran sobre la áspera corteza.
Hizo falta toda la Creación
Para producir mis patas y cada una de mis plumas:
Ahora agarro la Creación con mis patas.

O me elevo y lo hago girar todo despacio.
Mato donde quiero porque todo es mío.
No hay sofisma en mi cuerpo:
Mis modales consisten en arrancar cabezas,
Son el subsidio de la muerte.
Porque la única ruta de mi vuelo pasa directamente
A través de los huesos de los vivos.
No hay argumentos que legitimen mi derecho:

El sol va detrás de mí.
Nada ha cambiado desde que empecé.
Mi ojo no ha permitido ningún cambio.
Y voy a hacer que todo siga así.


casacampa

Manifiesto personal anti/1

MANIFIESTO PERSONAL ANTI/1

Hernando Lozada / herloz@walla.com

Escribo para pensar en mí.
El que crea en simulacros, que se sangre con la piedra.
Gota a gota, agua mata roca.
Bocas dixit, manos no facet, vacas surrat, manas aplaudit.
La lengua espera alabanza de la obra. No de sí.
Sin obra no hay aplauso.
Obras son rumores.
La gallina cacaraqueó el huevo que se comió.
Iba a venir mejor que nunca y fue el origen de la tragedia..
La basura que haces, habla de tus quincenas.
El que no se anuncie, que no venda y todos contentos.
La crítica es responsabilidad de quien la recibe.
La autoridad no tiene quien le escriba.
A la hora de la verdadera crítica, la familia no cuenta.
De populacho me como un taco.
El que de héroe se vista, que se atenga a las consecuencias.
Familia, hormiguero de vanidades.
Ceño fruncido, ceño merecido.
El pregón iba a traernos todo, que pena, se adelanto la desdicha.
Hinchado te vas? No llegarás muy lejos.
...y sonrió triunfal al recibir en bandeja de plata la lengua del puma.
Chifladero tímido: La razón anda como loca.
La naturaleza de la pelona es impeinable.
A gobierno de garrote, desprecio de guadaña.
Era tan gordo, pero tan gordo que no cabía en sí mismo.
Agua que no haz de beber. Atragántate Satanás.
La primavera iba a ser eterna, entre el gorjeo de los pajaritos y el arrullo de las fuentes de miel.
Mexiquito: El olvido siempre gana, la memoria siempre pierde.
Alegrémonos: Todo lo que no hacen, lo hacen por nuestro bien.
Espejito, espejito, devuélveme lo que soy: Autocomplacencia y laxitud moral.
Merece lo que provocas. Otra y otra y otra vez.
Y al final? Los hechos fueron quimeras.
Haz sin decir que eres el mejor, el peor podría escuchar.
Tomar lo que no es tuyo, no es ningún favor.
Si nada te detiene por miedo o desidia. Frénate tú.
El pueblo que se equivoca, qué teje?
Dame tu gracia mejor, y te daré mi admiración.
Hay lenguas que valen más que obras.
Quejarse es bueno, divertido y evita guerras.
En el río suena las opiniones.
Las trapos sucios se lavan...entre comadres.
Corrupción, secreto a voces.
No son de derecha, ni de izquierda, ni de centro, son de donde convenga.
Y para salir de la crisis? Patitas en la calle.

lunes, octubre 03, 2005

TERAPIA HORMONAL DE REEMPLAZO Y OSTEOPOROSIS.

TERAPIA HORMONAL DE REEMPLAZO Y OSTEOPOROSIS.

Dr. Jorge Arvizu

La osteoporosis posmenopáusica es la forma más frecuente y representa más del 90% de todos los casos. Según algunas estimaciones, alrededor del 35% de todas las mujeres, luego de la menopausia, resultan con osteoporosis clínica. Las causas de la osteoporosis posmenopáusica no son del todo claras, aunque los esteroides sexuales y el aporte de calcio juegan un papel importante. Al termino del crecimiento corporal, la masa ósea aumenta, pero el aumento es menor en la mujer que en el varón. Una vez alcanzada la masas ósea inicial, que varía en cada individuo, los huesos van perdiendo cada año, aproximadamente, un 0.5% de masa a partir de los 40 años de edad. En la mujer, la producción de hormonas sexuales se reduce de manera muy significativa a partir de los 50 años; este proceso se relaciona con una desmineralización más intensa de los huesos. La osteoporosis es un trastorno del recambio óseo en el que predomina la degradación de hueso (actividad osteoclàstica) sobre la síntesis (actividad osteoblàstica). Por eso. Se aprecia una pérdida o disminución de la masa, estructura y función de los huesos, que va acompañada de fracturas.
Algunos estudios en la actualidad son útiles para su diagnostico, como la densitometría ósea., hidroxiprolina en orina, concentración urinaria de calcio, fosfatasa alcalina serica, hormona paratiroidea, osteocalcina en suero. Etc.
Los síntomas que se inician en el climaterio de la mujer no sólo justifican el tratamiento de reemplazo hormonal; este tratamiento también esta indicado como medida preventiva. Para ello, deben combinarse estrógenos eficaces y seguros con preparados gestagénicos. Sobre la base de los conocimientos actuales en relación con la utilidad y el riesgo de este tratamiento, existen muy pocas contraindicaciones que puedan considerase absolutas. En otras palabras, el espectro de indicación es muy amplio. Los antecedentes familiares de osteoporosis y otros factores de riesgo constituyen otra indicación relativa. De lo anterior se desprende que la terapia de reemplazo Hormonal es no solo un recurso para aliviar los síntomas característicos de la menopausia (síndrome climatérico) sino un recurso de prevención que reduce el riesgo de osteoporosis, de enfermedad cardiovascular y de accidentes cerebrovasculares. De nosotros los médicos depende informar adecuadamente a nuestras pacientes para disipar sus temores y que acepten el tratamiento hormonal de reemplazo.

CONTRAINDICACIONES ABSOLUTAS.
1) Tumores malignos dependientes de los estrógenos (carcinoma de endometrio, carcinoma de mama, melanoma) 2) Endometriosis activa 3) Hepatopatia grave o aguda. 4) Episodio tromboembòlico concomitante o recidivante. 5) Accidente cerebrovascular agudo o recidivante. 6) Infarto de miocardio.
INDICACIONES ABSOLUTAS DE TRATAMIENTO DE REEMPLAZO.
1) Osteoporosis concomitante con la menopausia. 2) Insuficiencia ovárica primaria debida al agotamiento espontáneo o inducido de la función ovárica antes de los 50 años de edad. 3) Atrofia urogenital y los síntomas psicovegetativos vinculados( bochornos, insomnio, labilidad emocional, vértigo, etc.).

portada publiguia octubre