viernes, septiembre 23, 2005

Catemaco / Agustín Escobar

TIERRA DE BRUJOS
Agustín Escobar Ledesma


El pequeño Eli nada como pez en el agua en un rinconcito donde hacen su nido las olas del mar; en busca de aire, de vez en vez aparece el infantil rostro marcado por una luminosa sonrisa con tres ventanas y un incisivo campaneándole en Boca del Río, paradisíaco lugar bañado por los dorados rayos del Sol del ocaso que alumbran el Golfo de México. Después de un viaje de un poco más de siete horas, de Cuautitlán Izcalli al puerto de Veracruz, las tibias aguas marinas son una justa recompensa que agradece cualquier mortal.
Los Tuxtlas
Entrar a la región zoque-popoluca y náhuatl de Los Tuxtlas, San Andrés y Santiago, es un placer para los sentidos, empezando por la descomunal naturaleza que desparrama su follaje sobre las montañas apenas separadas del cielo por sábanas de nubes permanentemente húmedas. Los aromas a café, chocolate, tabaco y caña se magnifican con el delicioso calor tropical que impregnan el olfato, el tacto y el paladar; en los infaltables topes de las carreteras que atraviesan los poblados, la gente ofrece frías botellas de agua de piña que refrescan el gaznate de propios y extraños.
Laguna de Catemaco
Catemaco, es una palabra náhuatl calli, ‘casa’; tématl, ‘quemar’, y co ‘en’ y que significa ‘lugar de casas quemadas’ casas que se quemaron porque en la antigüedad la arena y la ceniza volcánica arrasaron con la población. “Otros argumentan que en 1602 recibió el nombre de Catemaxca por ser su fundador un personaje llamado Juan Catemaxca” (La Jornada viajera 4 sept. 05). La población de origen olmeca guarda una añeja tradición mística cuya herencia de ritos y tradiciones esotéricos y amplios conocimientos de la medicina tradicional porque sus habitantes mantenían una relación muy estrecha con la naturaleza que, después de la conquista europea, se nutrió todavía más con las prácticas chamánicas de los africanos que llegaron en calidad de esclavos a esta hermosa región, encontrando tierra fértil para sus rituales en honor de sus antiguos dioses tutelares.
En Catemaco y la región de Los Tuxtlas es tal la influencia africana que existe una gran variedad de platillos que, por su sólo nombre, nos remite al Continente africano: casamiento o moros y cristianos (arroz y frijoles negros que en la vecina Cuba son muy populares), yuca envenenada, gandinga, mondongo a la parrilla, yuca en chilpachole, tegogolos (caracoles de agua dulce que se aderezan como los camarones). Entre los dulces figuran el mogo mogo, yuca hervida con azúcar, dulce de icaco. Para quien desee mayor información sobre la riqueza culinaria jarocha favor de consultar el “Recetario afromestizo de Veracruz” de Raquel Torres Cerdán y Dora Elena Careaga Gutiérrez (Ed. Dirección General de Culturas Populares, México, 1999).
Eyipantla
A unos cuantos kilómetros de Catemaco, en el municipio de San Andrés Tuxtla, siguiendo una carretera tapizada de baches a más no poder, está el hermoso Salto de Eyipantla, milagrosa cascada que provoca la amnesia del fatal camino cuya responsabilidad ha quedado en manos particulares que rellenan de tierra los hoyos e instalan efímeras casetas de cuota con un alambre del que cuelga una franela roja y, el que coopera pasa y el que no, es detenido hasta que “voluntariamente a huevo” se mocha con su cuerno.
Por unos cuantos pesos los pequeños guías de turistas, representantes de la pobreza social que contrasta con la ostentosa naturaleza, conducen a los visitantes al paradisíaco lugar en el que, si se tiene cuidado, puede uno practicar el turismo extremo en las caudalosas aguas del río. Yo, como no sé nadar sólo metí la punta de los dedos de los pies en las turbulentas aguas que en cualquier momento amenazan con estrellar a los inexpertos contra las rocas del río en donde florecen unas aromáticas flores blancas parecidas a las gardenias.
Después del agotador ejercicio, uno puede darse un regio atracón con mojarras fritas o en la exquisita salsa de chilpachole, cecina con tortillas tan grandes como las tlayudas oaxaqueñas y una cerveza de barril bien fría ¡Ahhh, tan sólo de recordarlo se me hace agua la boca ¿habrá alguna muchacha se aquella región que quiera invitar a este decrépito tecleador a vivir un mes en aquel paradisíaco lugar al que por fortuna todavía no llegan los Mac Donalds, Vip´s, Kentokys, Burguer Boy y otras faunas nocivas trasnacionales? Sería capaz de ir a bailar a Chalma con tal de volver a probar los totopotes, tegogolos, la anguila y la carne de mono con yerbas aromáticas. ¡Qué delicia igualar el volumen del cacique de Cempoala!
La Virgen del Carmen
Alrededor de la basílica de la Virgen del Carmen de Catemaco algunas mujeres van tras los fieles que entran a la iglesia ofreciéndoles por unos centavos ramilletes de aromática albahaca. Una señora y su pequeño hijo suben al altar para “limpiar” al infante con la albahaca pasándola a lo largo y a lo ancho del pequeño y contrahechos cuerpecito. La madre sufriente se inca ante la sagrada imagen que sustituyó a la antigua diosa del Agua y los Pescadores, la Chalchiuhtlicue, clavando su ardiente mirada en los fríos ojos de canica de la pequeña escultura encapsulada en cristal, en una imperceptible súplica a favor de la salud de su pequeño hijo que permanece inmóvil, como estatua de sal. El ritual culmina cuando la joven mujer deposita un billete de doscientos pesos que desaparece de su vista en una de las dos alcancías tubulares colocadas a los pies de la Virgen. Las alcancías se encargan de tragar las limosnas de los creyentes yendo a dar al albañal del capellán de la basílica que ordeña dos veces al día lo que los tubos resuman.
En las escaleras que suben y bajan del altar sendos letreros advierten: “Si traes objetos de oro para la Santísima Virgen entrégalos al representante de Dios en las oficinas de esta basílica, él te extenderá un recibo. Nadie más está autorizado para recibirlas”.
¡El avión, el avión...!
En la taquilla de entrada a la isla de Nanciyaga parece que uno se topa con Tatoo el famoso enano de la tv de la década de los setenta del siglo pasado, pero no, en su lugar está un mural tapizado de fotografías de modelos disecadas de televisa y Sean Conery quien filmó en el lugar “El curandero de la selva” para lo cual los productores importaron indios del Amazonas.
El guía nos conduce por un sendero que pasa por temascales, chaneques (pequeños seres imaginarios de origen prehispánico que habitan el imaginario colectivo), chamanes neoliberales que por cien pesos hacen limpias (de bolsillo), mascarillas con barro de la laguna y, al final ofrecen agua mineral en recipientes vegetales de hoja elegante.
Budismo zen
Inevitablemente, uno regresa con unos cuantos kilos de más, como el sonriente Buda de la felicidad que, con tan sólo frotarle la panza con la palma de la mano concede cualquier deseo. Listo para enfrentar de nuevo la rutinaria vida doméstica.

domingo, septiembre 11, 2005

En la lista / Federico Reyes Heroles

En la lista

Parafraseo a Horkheimer: toda tragedia individual es una tragedia social. ¿Por qué comienzan? No lo sabemos bien a bien. Cierta predisposición química, algo que corre en la sangre y que los hace proclives. Los especialistas lo afirman, sin embargo, en pleno siglo 21, la detección es todavía imposible. Somos capaces de darle vueltas a la Luna, pero seguimos siendo unos ineptos para asuntos centrales de nuestras vidas. Una más de las muchas vergüenzas del ser humano. Se trata de una debilidad encapsulada, larvada, muda, disfrazada, traicionera, que viaja dentro de la víctima, sin dar aviso de su existencia. Empieza con anécdotas que hasta simpáticas podrían parecer, se tomaba un par de cervezas y contaba mejor los chistes, "después de un par de tragos me sentía más galán", de niño se tomaba las botellitas en los hoteles. La telaraña ya está trabajando. La víctima ha caído y piensa que esa baba no podrá con él o ella. De pronto sin más se anuncia que hay un nuevo prisionero: un adicto.

Se pueden llamar Juan Pérez o Roberto o Patricia, ser ricos o pobres, con poca escolaridad o egresados de Harvard, perfectos desconocidos o personajes de la vida social, no hay barreras, el feroz verdugo no perdona. Mi amigo Roberto, hombre culto y gran lector, me contaba que sólo se dio cuenta de su adicción después de 10 años de haber perdido la vida en el alcohol, todo porque lo hacía sentirse más seguro en sociedad. Jesús, de oficio jardinero, era un manojo de nervios que sólo encontraba paz en una copa que se volvían mil. Días después aparecía tirado en alguna calle de Tepoztlán y no recordaba nada. Habrá algo en el carácter, debilidades de la psique, desgarramientos internos que no se dejan ver. Quizá o no, todo es posible. Agréguese agravantes como soledad o infortunios de los que nadie está a salvo. Ésa es la historia de ellos.

Pero en fatídico complemento, en complicidad asesina, está el mercado. Los adictos son un gran negocio, quizá el más grande si sumamos todas las posibilidades. Los negocios juegan con nuestras vidas. Las tabacaleras supieron del terrible daño del tabaco, de la brutal adicción, décadas antes de que tuvieran que aceptar, después de juicios infinitos para ganar
tiempo, que sus productos tenían que advertir al consumidor del riesgo. Cientos de miles de personas mueren anualmente por enfermedades vinculadas al tabaco y, sin embargo, somos todavía impotentes para frenar las campañas que buscan atrapar a nuevos adictos. Peter Jennings, el conocido comentarista de ABC, es una de las más recientes víctimas visibles, pero
hay miles de invisibles. Ahora el objetivo comercial predilecto son los adolescentes que reciben todo tipo de promociones para "engancharlos" lo antes posible. Millones de dólares se gastan en publicidad engañosa para que el negocio continúe. Nada detiene a las grandes firmas.

Las escenas de los jóvenes cayéndose alcoholizados en las playas mexicanas, frente a elegantes hoteles, nos hablan de lo fértil del terreno. Adolescentes, muchas mujeres, devolviendo el estómago en discotecas o "antros" que venden alcohol a sabiendas de que son menores de edad, son ya un asunto de todos los días. Pero no tienen que ser discotecas los sitios
de iniciación. La calle y los inhalantes son quizá aún más populares, en el sentido de más usados. Son las puertas del infierno, porque de allí habrá un porcentaje que no podrá salir. Es el caso de X. Su padre biológico abusó de ella cuando era niña. El trauma es mayor. Su madre rehizo su vida con otro hombre generoso y abocado a la familia. Sin embargo, desde los 13 años X bebe en exceso y ni sus propios hermanos son capaces de controlarla. Las escenas de su indignidad se multiplican. Se pensará que X es un caso excepcional, pero no lo es. Violencia intrafamiliar
la han sufrido dos de cada cinco mujeres en nuestro País. Atrás queda la mítica familia mexicana, "siempre unida" que no cuadra con los 400 mil embarazos de adolescentes anuales. Los entornos familiares inestables son más comunes de lo que nos imaginamos. Pero las familias estables tampoco son garantía de nada.

Dijimos puertas del infierno porque las inhumanas cifras desnudan un encadenamiento sin pausa o consideración. El inicio puede ser alcohol o tabaco, pero también los cementos en los niños perdidos en el laberinto de la calle. La poderosa industria ha tenido a bien abaratar los costos de las "mercancías". Lo barato y popular era la mariguana, próximo escalón, pero ahora resulta que las drogas sintéticas valen unos cuantos pesos. Diario Monitor reporta ayer cómo México se ha convertido en un auténtico laboratorio. La destrucción cerebral de las nuevas sustancias
hiperadictivas es algo de lo cual hablamos poco. La marcha al infierno ha dado inicio. Allá, al final del camino, después de pasar por la cocaína y otros, está quizá la heroína. En la larga marcha se
acaban los dineros familiares, se roba, se hace lo necesario para conseguir la dosis. La dignidad no puede frente a la dependencia. Los dolores y sufrimientos de los adictos son inenarrables. La extorsión va aparejada. La violencia merodea. Una familia ha perdido a un hijo o un hermano. La sociedad ha perdido a uno de sus miembros con todas sus capacidades de aportar. Pero sí hay ganadores. Están escondidos, en la clandestinidad, agazapados, encubiertos por autoridades corruptas o amenazadas. Son los productores pero sobre todo los que comercian con la
"mercancía". Destruyen vidas, desgarran familias, corrompen, asesinan y sin embargo, pareciera que nadie puede detenerlos. Las policías y los ejércitos se ven pequeños frente a su poderío. Montan una debilidad humana: las adicciones.

Estas historias nos pueden parecer lejanas, extrañas, que sólo ocurren a otros. Pero no es así. Hoy vivimos en tragedias individuales el aviso de lo que podría ser el nuevo horror mexicano. El jueves pasado el Secretario de Educación, Reyes Tamez, dio a conocer una cifra escalofriante: más de 1 millón de alumnos de secundaria, entre el 15 y el 17 por ciento del total, ya han consumido droga. ¿Cuantos adictos saldrán de allí? ¿Cuántos asaltantes desesperados brotarán, cuánta violencia no se está engendrando? Simplemente no lo sabemos porque las nuevas substancias son mucho más agresivas. Pensábamos a México como país de paso, hoy sabemos que ya lograron echar raíces entre nuestros jóvenes. El veneno ya está circulando en las venas de nuestra sociedad. Ojalá y la memoria de las primeras víctimas sirva para sacudir nuestras conciencias. Todos estamos en la lista potencial.

domingo, septiembre 04, 2005

publiguiaseptiembre

La democracia en Querétaro

La democracia en Querétaro

( Julio:
Sólo el a.m. esporádicamente retoma el asunto. Los abogado$ han pedido a las familias de los jóvenes afectados que guarden $ilencio, porque no consideran prudente ninguna declaración. Nadie más ha dicho nada. Las voces críticas están acotadas. No hay medio que ponga el dedo en el renglón (el mismo diario que se ha ocupado del caso lo hace con un criterio convenenciero y miedoso, como no queriendo cerrarse definitivamente las puertas a los patrocinios). Otra vez el silencio. El tema es un cáncer que algún día va a reventar: en las conciencias y en el infierno (ojalá lo hubiera para este caso y allá irían todos los poderosos y sus cómplices, vestidos de seda púrpura, seguidos de numerosos guaruras). El tumor va creciendo, silencioso, llenándose de purulencias, inflamándose de porquería. Existe, por cierto, un abogado local que se llama Luis Felipe Ordaz Chico (notario, ganadero, amigo de políticos) a quien han pagado una fortuna para mediar, silenciar, tratar de convencer a los que tienen dudas y hasta de pedirle a su amigo, el Lic. Soberanes (titular de la CNDH) que congele el asunto. Lo sé de muy buena fuente. Te ruego discreción sobre ésto porque ese tipo es muy peligroso... De por medio hay muchos intereses, mucho dinero, demasiada inmoralidad. Gracias por mantenerte alerta, lástima que estés tan lejos... (Responsable de la lectura y su circulación: Julio Figueroa). )

La democracia en Querétaro. ¿Ésta es la democracia en Querétaro en tiempos del PAN? La libertad pública es tanta como la libertad de conciencia. Protesto, protesto y protesto: contra el gobierno de Garrido Patrón, contra la clase económica dominante de los Ruiz Rubio Lomelí, contra las buenas conciencias católicas ciegas y mudas, contra ese otro inefable Ordaz: licenciado Luis Felipe Ordaz Chico. Contra la Justicia queretana coludida con la injusticia mexicana, caso BMW-Ruiz Lomelí-Querétaro. Protesto, proteso y protesto. Y vuelvo a protestar y seguiré protestando. ¿Es publicable este triple texto? Allí está.
Atentamente, Julio Figueroa. Melaque, Jal., México, 4 de septiembre de 2005.

--Sin justicia no hay democracia. / El Poder Judicial ha sido uno de los protagonistas más activos del cambio político; es el fiel de la balanza entre Poderes y garantiza el imperio de la Constitución en la República. / Desde ese Poder se ha acotado al poder. (Vicente Fox, Quinto Informe de Gobierno, 2005). No en Querétaro, lamentablemente. Entonces, ¿cuál es la democracia que impera en la entidad? La democracia comprada; siento decirlo, la democracia es la puta de nuestros días. Y el poder judicial queretano no se ha atrevido y no ha querido acotar verdaderamente a los poderes político, económico y religioso del estado: un crimen impune y un presunto responsable evidente e intocable hablan por sí solos. La impunidad sigue reinando. ¿Ésa es su puta democracia?
--La democracia ha valido la pena, porque la libertad ha derrotado al miedo. (Ibid.). No en Querétaro, tristemente.
--La ley es una y la misma para todos. (Ibid.). No en Querétaro.
--Hemos construido demasiados muros y pocos puentes. (Ibid.). En todas partes.
--Hagamos virtud de nuestras diferencias. (Ibid.). Bonitas palabras inútiles.
--Nadie salva a nadie, pero nadie se salva solo: todos necesitamos de todos. (Lo escuché pero no lo leí en el informe de Fox. ¿Lo escuché o lo inventé? Ya no sé, pero parecen palabras de Paz o Canetti. En fin). Todos necesitamos de todos, porque nadie se salva solo, pero nadie salva a nadie: ni Dios.
USA 2, México 0. Sin objeciones. Nos chingaron otra vez en futbol. La guerra de las pasiones sin armas mortales es también un juego democrático.
El amor salva el amor.

viernes, septiembre 02, 2005

VIVA MEXICO

El imperio de la impunidad

EL IMPERIO DE LA IMPUNIDAD: EL OBRERO DESAPARECIDO
Agustín Escobar Ledesma


El 24 de marzo de 1981 lo más destacado (y nebuloso por su contenido) del Diario de Querétaro es mi horóscopo: “Sagitario. Disensiones amorosas, que podría evitar con prudencia. Tendrá que acudir a personas que generalmente no frecuenta, para recibir inspiración especial en su trabajo”. En la misma fecha, la nota roja del Noticias daba fe de la intolerancia queretana cebándose en el saqueo de una pequeña empresa que atentaba contra “las buenas costumbres”, el equivalente de las condonerías de hoy: “Por enésima ocasión, la librería ‘Tata Vasco’ fue visitada por los amantes de lo ajeno”.
Estamos situados en la nostalgia del Querétaro gobernado por Rafael Camacho Guzmán, (1979-1985) popularmente conocido como “El Negro” quien fue llevado a poder por Fidel Velázquez, omnipotente charro y sempiterno líder sindical. En aquella época, al igual que ahora, la democracia era ahogada en las ciénagas de los poderosos. “El que no transa no avanza” era el lema que ondeaba en el asta bandera del Partido Revolucionario Institucional.
La ventaja para los ciudadanos de a pie en aquellos inefables días consistía en la delectación de “Los Agachados” de Rius, famoso caricaturista que con unos cuantos trazos representaba algunos estereotipos de la vida nacional. Uno de ellos, Don Perpetuo, era la viva imagen del mandatario queretano: de sombrero, lentes oscuros y atrabiliario. Camacho Guzmán fue postulado por las fuerzas vivas de la CTM en una lucha en la que ni siquiera tuvo contendiente; aún así recorrió todo el estado en busca de los votos que lo legitimaran (cualquier cantidad le habría sido suficiente para ganar el poder; el fraude electoral del partido en el poder le era consustancial).
Sabedor del impacto psicológico que la obra pública causa entre la población, buscando el reconocimiento de los queretanos (la rancia y huizachera aristocracia local jamás lo aceptó en sus filas por prieto, chaparro y barrigón) Camacho Guzmán emprendió la remodelación de la Casa de la Corregidora, la construcción del estadio La Corregidora (caro elefante blanco en el que ocasionalmente se juega al futbol) el auditorio de usos múltiples Josefa Ortiz de Domínguez (obras que, eso sí, después de casi tres décadas, continúan en pie, no como las de los gobiernos panistas que sólo duran la víspera). También creó nuevas carreteras, sobre todo en la Sierra Gorda, en donde a pesar del tiempo transcurrido, la gente lo recuerda porque no han vuelto a ver obra pública de otro mandatario.
La dictadura del proletariado
En los periódicos de aquellos días aparecía la imagen de un obrero en un anuncio de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. El fornido trabajador, bien parecido, con casco protector en la cabeza y una llave en las manos, de no ser porque tenía un letrero que rezaba “Capacitación es bienestar para todos”, cualquiera lo habría confundido con la propaganda del realismo socialista de la Unión Soviética.
En donde no había confusión era en la mano dura aplicada por Rafael Camacho Guzmán (testimoniada por Enrique Burgos García, su secretario particular y Sonia Alcántara Magos, Secretaria de Gobierno) contra quienes no compartían su autoritaria forma de gobernar. Recuérdese que un año antes, mayo de 1980, había reprimido a los estudiantes de la Normal del Estado. No sólo en Querétaro vivía y reinaba la represión a los opositores del poderoso sistema unipartidista. El 31 de enero de 1981, el profesor Misael Núñez Acosta fue asesinado a balazos en Ecatepec, estado de México por pistoleros enviados por Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo, espurios líderes del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE).
El pobretariado
Pero, como ya se decía líneas arriba, estamos en 1981, para ser más precisos el 24 de marzo de aquel año, día en que Arnulfo Córdoba Lustre desapareció de la colonia Benito Juárez de San Juan del Río, justo cuando en la cartelera del cine Las Américas aparecía “La máquina asesina”. En aquel año las protestas y huelgas obreras estaban a la orden del día en nuestro estado: en Tremec, Kimberly Clark y Kellog’s ondeaban las banderas rojinegras del pobretariado.
¿Quién era Arnulfo Córdoba Lustre? La respuesta la encontramos en el profesor Francisco Flores Espíritu, militante del desaparecido Partido Comunista Mexicano (PCM), ex diputado por el PRD y miembro del movimiento magisterial Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación: “Arnulfo era un electricista de Oaxaca, compañero nuestro del Partido Comunista que había trabajado antes en la mina Héroes de Nacozari y en la siderúrgica SICARTSA de Lázaro Cárdenas, Michoacán. Él llegó a trabajar a la obra negra de la Kimberly Clark (trasnacional del papel, una de las empresas que más han contaminado el río San Juan) de San Juan del Río y encabezó un movimiento de protesta con los trabajadores por las malas condiciones de insalubridad que privaban en la empresa, no había sanitarios, y no les pagaban los días festivos. Alrededor de 200 trabajadores hicieron un paro a principios de 1981 pero todos fueron detenidos por las autoridades siendo liberados enseguida, salvo Arnulfo Córdoba y otro trabajador que se apellidaba Loya Núñez siendo ambos juzgados y sentenciados a pagar una fianza de 13 mil pesos, dinero que recabamos los miembros del PC para obtener su libertad. Valentín Campa, el dirigente histórico del Partido Comunista Mexicano vino a Querétaro a abogar por Arnulfo Córdoba en aquella época en la que pegar carteles de protesta estaba prohibido en tanto que, Adrián Azuara, abogado defensor de Arnulfo, fue detenido por la policía acusado de conducir su automóvil en estado de ebriedad, cuando no era cierto.
“Tanto Loya Núñez como Arnulfo Córdoba fueron despedidos de la Kimberly Clark y apenas fueron excarcelados Loya Núñez huyó del estado mientras que Córdoba Lustre fue a denunciar al pleno del PC en la ciudad de México la represión de la que había sido objeto; retornó a Querétaro y pidió trabajo en la TREMEC y regresó a vivir a la colonia Benito Juárez, frente a la Kimberly Clark, sólo para desparecer aquel 24 de marzo de 1981.
“La persona que vio por última vez a Arnulfo Córdoba Lustre fue la dueña de la casa en la que él era inquilino y que también era vendedora de cigarros en el famoso congal “La Escondida” de San Juan del Río quien dijo que la noche de aquel 24 de marzo de 1981 el obrero había salido a comprar un cepillo dental y ya no había regresado”.
Ante la evidente apatía de las autoridades judiciales por resolver la desaparición del joven obrero, dos integrantes del PC de Querétaro, Francisco Flores Espíritu y el licenciado Adrián Azuara realizaron sus propias indagaciones sobre el paradero de su camarada enterándose que en “La Escondida” dos judiciales, Ignacio Padilla y Enrique (a) El Divino, cada vez que se emborrachaban se ufanaban de haber “desaparecido” a Arnulfo Córdoba Lustre.
El abogado del pueblo
Al momento de su desaparición Arnulfo Córdoba tendría unos 30 años de edad. Algunos de sus familiares de Oaxaca vinieron a buscarlo durante varias semanas sin ningún éxito. El Procurador de Justicia, Sergio Herrera Trejo (actual magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro), dijo no saber nada del paradero del obrero y, en cierta ocasión, en tono burlesco refirió que tal vez Arnulfo había huido de Querétaro.
Aquel 24 de marzo de 1981, en las ocho columnas del Diario de Querétaro, el gobernador se convertía en acérrimo crítico de los legisladores: “Censura RCG a diputados locales y federales: “tal parece que sólo los elegimos para cobrar”, en tanto que, en las páginas interiores, ya se perfilaba la igualdad entre los hombres: “Factible, la justicia para todos: Lic. Leonel Castillo González, nuevo juez de distrito en Querétaro”.
Árbitro vendido
Quienes ni sudaban ni se acongojaban eran los fanáticos al futbol que cada quince días abarrotaban el estadio La Corregidora para gritarle loas a los Atletas Campesinos, el equipo de primera división profesional del Querétaro de aquella época y mentarle la madre a los árbitros ciegos y vendidos (o ambas cosas a la vez). A quienes no les gustaba el deporte de la patada, se entretenían en los cines Alameda III con “Masacre en la crujía No. 13” o con “Pistoleros famosos” del Reforma.
Colofón
En el primer aniversario de la desaparición de Arnulfo Córdoba Lustre el Partido Comunista Mexicano, de manera simbólica, lo postuló como candidato al senado de la república en tanto que, al mismo tiempo, el gobernador Rafael Camacho Guzmán (padre de Rafael Camacho Sandoval, actual Secretario del Trabajo del gobierno de Francisco Garrido Patrón) inauguró con gran pompa y circunstancia la Kimberly Clark. Hoy, a 24 años de aquel fatal suceso, la impunidad goza de cabal salud.
Correo electrónico rojillo: escoba17@hotmail.com